A diferencia de la navidad, el Año Nuevo es una festividad de peso para los japoneses, llamada Oshogatsu que significa la primera luna.
Los preparativos de esta festividad empiezan después de la navidad y termina durante los 3 primeros días del nuevo año. Es una temporada dedicada a la familia, a la resolución de conflictos y a renovar el espíritu.
Durante los cuatro días previos al fin de año se celebran los bounenkai (fiestas para olvidar las preocupaciones del año que termina), durante estos días se lleva a cabo una limpieza profunda del hogar (oo-souji 大掃除) para purificar la casa para el Año Nuevo, simboliza la purificación espiritual.
En el último día del año, antes de la media noche, los templos budistas hacen sonarlas 108 campanadas (jyoya no kane 除夜の鐘) que simbolizan los 108 pecados del hombre en la tradición budista. Se cree que al escuchar cada una de las campanadas puede uno purificarse.
Con el inicio del año nuevo, los japoneses van a hacer su primera visita a los templos (hatsumode 初詣で), para pedir sus deseos para el nuevo año, así como la felicidad para su familia y amigos; los templos se encuentran tan llenos de gente, por lo que la visita se considera a oportuna durante la primera semana de enero.
También se disfruta del recibir las postales de Año Nuevo, que son enviadas por amigos y familiares durante los días previos; estas generalmente están decoradas con representaciones del año nuevo (de acuerdo al año lunar) y con las felicitaciones por el Nuevo Año.
Finalmente se intercambian regalos y los más pequeños reciben dinero de sus padres u algun otro familiar en sobres (otoshi-dama お年玉), la cantidad entregada varia desacuerdo a la edad y a la relación entre ellos.
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